El 13 de mayo se estrena en el Teatro Maravillas Si la cosa funciona, primera adaptación teatral de la película homónima que Woody Allen estrenó en 2009 con el cómico Larry David como protagonista. Es la excusa perfecta para repasar la estrecha relación de nuestro teatro con el genio neoyorkino, cuya presencia en los escenarios de Madrid -y de España- está íntimamente ligada al Maravillas (exceptuando el montaje de Maridos y mujeres de Álex Rigola estrenado en el Teatro de La Abadía). Si la cosa funciona será la cuarta producción basada en textos de Woody Allen que pisa estas tablas, después de Misterioso asesinato en Manhattan, Adulterios y Tócala otra vez, Sam. Las cuatro son comedias redondas que, lejos de la ligereza, presentan situaciones y personajes cuajados de ingenio sin renunciar a los arquetipos habituales del cineasta americano: el jazz, Nueva York, las relaciones de amor y amistad, la infidelidad y ese humor único tan característico, tan caústico en ocasiones, deudor tanto del cine mudo clásico y sus sencillos y siempre efectivos gags, como de la ironía de altos vuelos intelectuales. Hagamos memoria y parada en estos cuatro hitos del teatro madrileño de los últimos diez años.
MISTERIOSO ASESINATO EN MANHATTAN
Dirección: Paco Vidal. Intérpretes: Enrique San Francisco, Beatriz Santana, Cristina Solá, Raúl Cimas, Mario Martín y María Jesús Hoyos
En noviembre de 2006, hace casi 10 años, se estrenaba en el Maravillas la adaptación teatral de este filme de 1993. Enrique San Francisco y Beatriz Santana interpretaban en escena los personajes que en pantalla hicieran el propios Woody Allen y Diane Keaton, en aquella comedia de suspense de momentos descacharrantes y fondo amargo, ya que ponía sobre la mesa la erosión de las parejas atizadas por el aburrimiento. El argumento, para quien no lo recuerde, parte de la pareja protagonista, de intensa vida cultural pero, sin embargo, ahogados por la rutina. En estas se empiezan a relacionar con un matrimonio vecino, aunque al poco ella aparece muerta. Carol (Beatriz Santana) está convencida de que la ha matado el viudo y se empeña en investigar por su cuenta el asunto, lo que le da una vidilla extraordinaria a su vida de pronto. A Larry (Enrique San Francisco) todo eso le parece una locura, así que Carol se alía con un amigo de la pareja, Ted (Raúl Cimas), que siempre se sintió atraído por Carol. Esto despierta los celos de Larry, que termina por seguir las locuras de su mujer, con la participación de una amiga suya escritora, Marcia (Cristina Solá), bastante escéptica con todo.
La obra teatral respetaba profundamente el guión original de Allen, de quien Paco Vidal, el director, decía en ABC que tiene la virtud teatral del diálogo: "el uso de la réplica, su sarcasmo. En los diálogos de Woody Allen está todo lo que piensa del mundo. Lo que dice es, aparentemente, intrascendente, pero resulta demoledor; cada frase suya es un estilete." A Enrique San Francisco le tocó ser trasunto en escena del inimitable director y actor americano, aunque él dejó claro que estaba muy lejos de su intención imitarlo, porque eso es imposible. Lo que sí hizo fue poner toda su intención para que las geniales frases del autor sonaran con contundencia. A esta obra pertenece una de sus más famosas y repetidas máximas: "Cuando escucho a Wagner durante más de media hora me entran ganas de invadir Polonia."
ADULTERIOS
Dirección: Verónica Forqué. Intérpretes: María Barranco, Miriam Díaz-Aroca, Fernando Acaso, Fermí Herrero y Paloma Bloyd
Bajo el título de Adulterios se publicó en España, en 2006, por Tusquets, una recopilación de tres obras en un acto. La tercera de ellas, Central Park West, es la que se ponía aquí en escena. Se optó por titular la obra con el nombre de la recopilación porque es mucho más claro y directo e informa más certeramente de la temática de la función. Este montaje llegó al Maravillas en agosto de 2009 (después de haberse estrenado en Avilés un año antes y estar toda la temporada de gira) con tres mujeres al frente, tres grandes artistas: Verónica Forqué dirigiendo por segunda vez en su vida, con María Barranco y Miriam Díaz-Aroca sobre el escenario al frente del reparto. El New York Times la calificó como una obra maestra de la comedia. De la comedia teatral, porque en este caso no hay trasvase del cine al teatro como en el anterior. Las tres obras de la recopilación nacieron para el teatro y llevaban títulos de zonas de Nueva York (Riverside Drive y Old Saybrook eran los otros dos) y los personajes no podían ser más neoyorkinos. La versión que hizo Nacho Artime lo trajo excepcionalmente bien a nuestras latitudes (lo demás quedaba en manos de las actrices) y pudimos conocer a esas dos mujeres de verbo afilado, sobre todo una, Phyllis, la psiquiatra, que interpretaba María Barranco, y que empieza poniendo a caldo a su amiga Carol (Díaz-Aroca) por lo que le ha hecho.
En declaraciones para El País, Forqué decía estar encantada de volver a dirigir después de montar La tentación vive arriba con Toni Acosta. "Me gusta dirigir; es un viaje completamente distinto. Mi trabajo consiste en ayudar a los actores a liberarse y en hacer trabajar su inconsciente, su instinto, que es de donde viene todo realmente. A veces tengo que emplear un poco más de firmeza, y a veces desparramar, hasta dar con algo que me guste, que me haga reír o me conmueva". La directora dejó claro que la obra podía llegar a lo más profundo de los espectadores después de proporcionarles un buen rato de risas. “Pese a que es un divertimento, con un chiste tras otro, hay mucho dolor y soledad en los personajes. Es una historia sobre la infidelidad, la vanidad humana, el miedo a envejecer y a la muerte.”
CAROL: ¿Cuánto tiempo llevas bebiendo?
PHYLLIS: El suficiente como para fundirme con la naturaleza. O, dicho de otro modo, para flotar en los vapores del alcohol. ¿En qué se diferencia un sushi de un chocho?
CAROL: Phyllis...
PHYLLIS: En el arroz. Me lo contó uno de mis pacientes. No te esfuerces en deconstruirlo, Carol; es un fenómeno demasiado abstracto para tu capacidad mental. Se llama humor.
TÓCALA OTRA VEZ, SAM
Dirección: Tamzin Townsend. Intérpretes: Luis Merlo, María Barranco, Javier Martín/Fran Nortes, Beatriz Santana y José Luis Alcobendas
En Octubre de 2010 llegaba al Maravillas esta nueva tentativa sobre un texto de Woody Allen, con Luis Merlo evocando al genio de Brooklyn en el papel principal y con dos actrices repitiendo en una obra suya: María Barranco y Beatriz Santana. Play it again, Sam, la famosa frase que remite a Casablanca (1942), fue el título de la obra de teatro que el propio Allen protagonizó en Broadway en 1969 junto a Diane Keaton, que luego se transformó en una película que dirigió Herbert Ross bajo el título, aquí, de Sueños de un seductor (1972). La obra se centra en el personaje de Allan (Merlo), un crítico de cine en horas bajas que se acaba de divorciar y está en el trance de rehacer su vida y encontrar de nuevo alguien con quien compartirla. Lo que pasa es que no está en su mejor momento para lo que es ligar, sobre todo si a la pregunta ¿Qué haces el sábado por la noche? contestas: "Suicidarme". En esas, se ha liado con Linda (Barranco), que parece ser la única con la que se entiende. El problema es que es la mujer de su mejor amigo. A esto hay que añadir que Allan recibe las visitas de un espectral Humprey Bogart (Javier Martín/Fran Nortes) que le da consejos.
La crítica siempre ha coincidido en señalar que se trata de una de las comedias más perfectas de Woody Allen, rotunda y sin fisuras. En España había un precedente, ya que se montó en el Teatro Marquina en 1980 bajo el título de Aspirina para dos, dirigida por Ángel Fernández Montesinos. Aquí la afrontó la directora británica Tamzin Townsend, que por entonces era como la rey midas de la dirección, todo lo que tocaba se convertía en éxito (basta recordar su montaje de El método Gronholm). Aquí sucedió igualmente, pues después de triunfar en el Maravillas, Tócala otra vez, Sam salió de gira y terminó regresando a Madrid en 2012, al Teatro Infanta Isabel. María Barranco contaba en el diario El Mundo que estaba encantada con volver a protagonizar una obra de Allen, "me siento Diane Keaton", dijo. Luis Merlo, por su parte, reconoció ser un digno neurótico para encarnar a otro neurótico inspirado en el neurótico número uno, que es el propio Woody.
SI LA COSA FUNCIONA
Dirección: Alberto Castrillo-Ferrer. Intérpretes: José Luis Gil, Ana Ruiz, Beatriz Santana, Ricardo Joven, Rocío Calvo
Y aquí tenemos a Beatriz Santana por tercera vez en el Maravillas con una obra de Woody Allen. Le ha faltado poco para hacer pleno. Al margen de este dato anecdótico, a partir de mayo tenemos una nueva oportunidad de disfrutar del ingenio sin límites de un cineasta prolífico como pocos, un hombre que pica piedra hasta pulir los chistes y las situaciones disparatadas sin renunciar a las tramas y los géneros. Sus comedias siempre tienen personajes dispuestos a pasar al imaginario colectivo y frases para alimentar a los amantes de la cita. En este caso ese personaje inolvidable es Boris (José Luis Gil), un misántropo con ínfulas de genio loco incomprendido al que se le mete, literalmente, una muchacha todo candor e inocencia en casa (Ana Ruiz) y se le revoluciona la vida por los cuatro puntos cardinales. Hasta el punto de creer en lo que siempre detestó como una idea absurda: el amor.
El director de esta puesta en escena, Castrillo-Ferrer, se confesaba admirador de Woody Allen: "hubiese vendido el alma y hasta la moto a cambio de su enorme ingenio, su desproporcionado talento, su irónica visión de la existencia y su capacidad de trabajo. Por eso, cuando me propusieron dirigir Si la cosa funciona me sentí como si un gran sueño se hubiera cumplido: dirigir una versión teatral de una de sus más ácidas comedias, es casi como meterse en su piel." Se cuenta que Allen tenía escrito el guión hace mucho tiempo, que en realidad su destino era un monólogo cómico estilo club de la comedia, y es por eso que el protagonista se dirige tanto al público como Larry David lo hacía a cámara en la película de 2009 en la que se basa esta obra. De hecho, cuando el director decidió poner la peli en pie, eligió a un actor bregado en el stand up comedy.
Este montaje se estrenaba hace justo un año en el Teatro Cofidis y, tras unas semanas allí, comenzó su imparable gira, para recalar de nuevo ahora en Madrid, colmada de éxito y reconocimiento, en nuestro teatro. Lo bueno de que la obra tenga ya este recorrido es que nos llega perfectamente ajustada y rodada y con una buena cosecha de críticas, ¡todas buenas!
"Existencialismo occidental y humor inteligente autoparódico, el sello de Allen rebosante por los cuatro costados. Pero sin el oficio del director y su equipo, sin esa genial puesta en escena ni el notable juego de luces nada sería igual. El material es bueno, pero sin talento no hay beneficio. Salgo del teatro entusiasmado, pensando que en Madrid hay un circuito teatral de gran calidad media. Cuidémoslo, es un tesoro. La cosa funciona."
Alejandro López Menacho. Periódico digital La Réplica
"José Luis forma un gran tándem con la actriz Ana Ruiz, la joven alocada y desenfadada de la que su personaje se enamora dejando a un lado los prejuicios. La pareja protagonista está acompañada por Rocío Calvo, Ricardo Joven y Beatriz Santana que consiguen hacer brillar sus respectivos roles. La personalidad de cada uno de los artífices de esta historia va evolucionando, a lo largo de las casi dos horas que dura la función, de una manera tan natural y sutil que aunque pueda parecer un tanto inverosímil a todos se nos viene a la cabeza que la realidad muchas veces supera a la ficción."
Aurora Salvo Amores. Blog cultural Correveydinos
"Castrillo-Ferrer maneja muy bien el tiempo escénico en todos sus montajes y en este sabe imprimir el ritmo necesario a cada escena, siempre hacia arriba. La acción, por disparatada que sea, fluye con naturalidad. Está muy bien ayudado por los actores. José Luis Gil realiza, desde mi punto de vista, el mejor trabajo teatral hasta la fecha."
Antonio Castro. Periódico digital Madrid Diario
"La obra es un canto también a la tolerancia y al desenmascaramiento de las verdaderas personalidades reprimidas, y en ese apartado, Rocío Calvo también tiene un papel muy agradecido. La obra fluye, la risa acompaña, la cosa funciona... bastante bien."